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La ansiedad es uno de los males de nuestro tiempo. Según la Organización Mundial de la Salud más de 260 millones de personas en todo el mundo sufren trastornos de ansiedad.
La ansiedad es una emoción normal que podemos experimentar en situaciones en las que nos sentimos amenazados por algún peligro, ya sea externo o interno.
Los síntomas más habituales son: palpitaciones, sensación de ahogo, angustia y/o temor.
En muchos casos, la ayuda de un profesional puede ser importante e imprescindible, pero es bueno conocer también formas naturales de reducir y controlar la ansiedad que, muchas veces, nos genera la vida cotidiana: exceso de trabajo, demasiados compromisos sociales, problemas de pareja, dificultades económicas, y un largo etcétera.
A continuación, enumeramos alternativas naturales y no farmacológicas para hacer frente a la ansiedad.
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Actividad física
Practicar actividad física regularmente es una de las actividades que más contribuye a reducir la ansiedad. El ejercicio elimina tensiones y aumenta en el cerebro los niveles de serotonina, dopamina, noradrenalina y endorfinas, conocidas estas últimas como las hormonas de la felicidad. Estas sustancias nos hacen sentir bien, ya que producen alegría, bienestar y sensaciones placenteras.
Bailar, correr, coger la bicicleta…elige la actividad que más te guste, pero lo más importante es que no te quedes en el sofá.
Se ha demostrado que caminar durante más de 30 minutos al día ayuda a mejorar el estado de ánimo. Facilita el pensamiento, lo que permite desatascar esas emociones que provocan ansiedad y angustia.
Yoga. Esta es la actividad por excelencia para combatir la ansiedad. Durante su práctica se reducen los niveles de cortisol, una hormona que se libera en respuesta al estrés. Bajando los niveles de cortisol reducimos el estrés y, por consiguiente, la ansiedad.
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Dar paseos por la naturaleza
Estudios recientes han comprobado que pasear por el bosque, el campo, la playa u otros entornos naturales ayuda a desconectar y a vencer la denominada «rumiación mórbida», pensamientos obsesivos que retornan a la mente una y otra vez provocando estrés y ansiedad.
- Beber infusiones
Existen en la naturaleza diversas hierbas con propiedades calmantes y ansiolíticas: tila, valeriana, kava, regaliz, pasionaria, pasiflora, melisa o manzanilla.
Las infusiones de estas hierbas, solas o combinadas, son bebidas desde hace siglos por multitud de culturas y la ciencia ha comprobado que tomarlas tiene efectos que nos ayudan a sentirnos mejor.
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Meditar y respirar
La meditación es una técnica milenaria que consiste en dejar tu mente en blanco, liberando los pensamientos negativos para que poco a poco vayan desapareciendo. De esa manera, consigues una paz mental que te transporta a un nuevo estado de ánimo alejado de la ansiedad. Al mismo tiempo, con la meditación aprendes a respirar, lo que oxigena todo tu organismo.
Dedica cada día un ratito a meditar, establece en tu rutina un momento de relajación y silencio. Para ayudarte puedes descargar alguna aplicación (hay muchas) que te sirva de guía hasta que aprendas a hacerlo por ti mismo.
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Escribir
La psicología ha demostrado que escribir posee efectos terapéuticos. Llevar un diario personal o simplemente contar por escrito ciertas situaciones traumáticas puede mejorar la salud emocional e incluso física.
Escribir resulta un ejercicio liberador, a través del cual la persona siente que «se saca un peso de encima». Eso relaja y reduce el estrés y la sensación de ansiedad.
- Tener sexo, con uno mismo o con otra personas
El sexo tiene poderosos efectos ansiolíticos y analgésicos, especialmente en los hombres, donde descarga una serie de sustancias relajantes con una acción muy similar a la de los opiáceos.
- Tener plantas de interior o un jardín
Médicos de un centro de prácticas de Manchester, en Reino Unido, instauraron un innovador tratamiento en sus pacientes con ansiedad y depresión: entregaron a los pacientes plantas de interior, para que tuvieran que cuidarlas y llevarlas de regreso en citas posteriores.
«Tener algo que cuidar representa muchos beneficios para las personas, sobre todo para aquellas que no tienen jardín y que no pueden vivir con mascotas», explicó una de las especialistas responsables de la iniciativa.
La motivación de cuidar las plantas, tanto de interior como en un jardín, se convierte en una manera de combatir el riesgo de padecer ansiedad o algún otro problema relacionado con ella. Además, las plantas de interior mejoran la calidad del aire.